domingo, 2 de mayo de 2010

AULI LA INDECISA, UNA BONITA HISTORIA

AULI, LA INDECISA

Hace algunos años, en un colegio de Cacicedo, había un aula indecisa. Era más o menos como las demás, pero a ésta le ocurría algo: no sabía qué quería ser.
Primero probó a ser, simplemente, aula de segundo ciclo. Y no. No le gustó en absoluto. Tan a disgusto estaba que empezó a llorar ( había goteras). Hasta que un hada bondadosa se le apareció.
- ¿Qué te sucede?
- Pues que soy un aula y no me gusta.
- ¿Y por eso lloras? Anda, que esto lo arreglo yo en un tris-tras. Mira: y ¡zuuuuuum!, quedó convertida en un MUSEO DE LOS CUENTOS. ¡Qué preciosidad! Allí estaban la nariz de Pinocho, la capucha de Caperucita, la manzana de Blancanieves. No faltaba un detalle. Pero claro, lo bueno sabe a poco y aquello se acabó.
Cuando se lo llevaron todo, Auli volvió a llorar, y llorar ( había más goteras), hasta que volvió el hada.
- Oye, rica, no hace falta que armes tanto jaleo, que no estoy sorda, ¿qué te ocurre?
- Pues lo mismo.
- ¿Pero no te hice museo?
- Si pero se acabó.
- Vale, vale, te echaré una mano, con tal de no oírte…..
Y ¡zummmmm!, la convirtió en un BOSQUE. Un bosque precioso, con sus tejos, sus abedules, sus robles, su río, su cascada, su cueva y ..¡ hasta un oso! No le faltaba detalle.
Auli disfrutó muchísimo siendo bosque. Sobre todo cuando los niños entraban en la cueva y se asustaban al ver al oso. Fue una temporada magnífica. Pero, claro, lo bueno sabe a poco y aquello se acabó.
Cuando desmontaron el bosque, Auli se sintió vacía, y lloró, lloró y lloró (había muchísimas más goteras). Hasta que volvió el hada, que esta vez ya venía enfadadísima:
- Mira Auli, ya está bien de montar el numerito . para que te quejes con razón ahora serás…….`zuuuuuum!.. TRASTERO.
Y así sucedió, sin que esta vez las protestas sirvieran de nada. Auli tuvo que compartir su espacio con un montón de trastos y lloró, lloró, lloró….., y lloró. Pero de nada la sirvió, porque el hada no vino. Poco a poco descubrió quienes eran sus compañeros: mapas antiguos, juegos a los que les faltaban piezas….., un panel con los reyes magos y , en un rincón, Leopoldo Musculitos y Mariano Huesitos.
Según iba pasando el tiempo fueron conociéndose. Jugaban al parchís, la oca, el ajedrez, tres en raya, con normas inventadas. En los mapas antiguos se inventaban viajes por países que ya no existían; en fin, que no se aburrieron nada, nada. Por las noches, cuando no había nadie en el colegio, se contaban sus cosas y jugaban. EmpezAba a estar contenta como trastero. Quería tanto a sus amigos. Habían aprendido juntos tantos juegos.
Pero claro, lo bueno sabe a poco y aquello se acabó. Un buen día apareció el hada y….
-¿Cómo tú por aquí?
- Si. Te has portado bien y quiero premiarte.
- No, no, no. Ahora tengo amigos. Déjame así, por favor
- ¡Qué latosa eres! ¡ No sabes lo que quieres! he dicho que te cambio y te cambio. Serás BIBLIOTECA.
Y fue. Ya os contará como le fue.

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